La integración de la inteligencia artificial (IA) en las infraestructuras de computación de alto rendimiento (HPC) enfrenta retos complejos que exigen soluciones avanzadas. Entre ellos destacan la escalabilidad de cargas de trabajo irregulares, la adaptación para usuarios con poca experiencia en HPC y la gestión eficiente del calor generado por la creciente densidad de cómputo.

Este artículo explora cómo tecnologías modulares, escalables y personalizables permiten optimizar la productividad, mejorar el acceso compartido a los recursos y garantizar una transición sostenible hacia una infraestructura que integre de manera eficiente y autónoma IA y HPC.

Con el auge de los Centros de Datos no paramos de escuchar noticias de nuevas instalaciones, o del aterrizaje de gigantes operadores en nuestro territorio nacional.
Más allá de las grandes cifras y firmas con megaproyectos, lo cierto es que Universidades y Centros de Investigación desarrollan en su día a día una compleja actividad científica. En muchos casos, sin grandes recursos tecnológicos, enfrentan sus desafíos con la responsabilidad y la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro mejor.

El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, y la búsqueda de tratamientos efectivos y curas pasa por la colaboración entre múltiples disciplinas. Entre ellas, el cálculo científico juega un papel cada vez más importante.
Hoy en día, muchas de las investigaciones más avanzadas contra el cáncer se llevan a cabo en universidades y centros de investigación, donde los científicos utilizan el poder del cálculo matemático, la simulación computacional y el análisis de grandes volúmenes de datos para comprender mejor la enfermedad y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.

Nos adentramos en la era de la computación de alto rendimiento (HPC, por sus siglas en inglés). Hablamos de una nueva forma evolutiva de potenciar la productividad, capaz de analizar y crear con mayor eficiencia y velocidad, impulsando a los #CentrosDeDatos a proporcionar capacidades computacionales más potentes. Un manejo de enormes volúmenes de datos en continuo crecimiento que aumentan según la escala y la complejidad de los grandes modelos lingüísticos, lo que implica un crecimiento exponencial del consumo de potencia informática. La evolución hacia redes inteligentes abiertas HPC, de rendimiento ultraelevado y latencia ultrabaja.

Los centros de datos están viviendo una época de crecimiento explosivo en España, impulsado por la consolidación y la irrupción de tecnologías avanzadas. Un crecimiento que no solo promueve avances tecnológicos significativos, sino que también impulsa innovaciones en ciencia o medicina, y genera oportunidades empresariales.

Desde la automatización y la robótica hasta la expansión del Edge, la IA, el IoT y la infraestructura para vehículos eléctricos, estas tecnologías están generando una avalancha de datos que requiere de una conectividad y una capacidad informática sin precedentes. Según Intel, la potencia de cálculo necesaria podría multiplicarse por mil en los próximos años.

Cuando se habla del futuro y de tendencias en el enfriamiento de HPC para investigación científica, la refrigeración líquida es un tema recurrente. Se destaca su creciente necesidad y sus ventajas frente a los sistemas tradicionales, como los sistemas por aire, con el argumento de que estos últimos no son suficientes para mantener la fiabilidad de los sistemas de TI.

Pero, ¿es esta la realidad de las instalaciones que trabajan con High-Performance Computing?